Le monde
Las protagonistas femeninas de los cuentos infantiles plantan, por fin, cara a la tradición y se niegan a que se siga mostrando de ellas una imagen tan alejada de la realidad. Reunidas bajo la asociación “Cuentos Claros” han iniciado una huelga indefinida, con el objeto de que se revisen las historias que a su juicio “no se adaptan en absoluto a los tiempos”.
Los cuentos infantiles nunca más serán contados como lo han sido hasta ahora. Este es el propósito de la huelga convocada por la asociación “Cuentos Claros”, bajo la que se han reunido las prota-gonistas de los cuentos con los que millones de personas han crecido. Según la presidenta de esta asociación, Caperucita Roja, “la distorsión que se ha hecho de nuestra figura nos ha llevado a reivindicar un cambio propio del siglo xxi”. Para esta asociación, a lo largo de los siglos se ha ido manipulando la imagen de las mujeres protagonistas de una forma “inaceptable”, hecho por el cual han llegado a la huelga. Una huelga que dejará a muchos infantes sin los relatos más clásicos an-tes de irse a dormir.
Reivindicaciones como estas parecen no tener precedente en la historia de las fábulas, sin embargo la propia presidenta de “Cuentos Claros” nos informa de que no es la primera vez que una acción como esta se lleva a cabo. “Nuestras mayores ya habían puesto en práctica medidas de presión con anterioridad para cambiar los cuentos, aunque solo consiguieron pequeños avances. Nuestras reivindicaciones actuales pretenden llegar mucho más allá”, ha afirmado la presidenta de la asociación. “Fueron estos actos de presión anteriores los que hicieron posible que, por ejemplo, Cenicienta huyera del baile a media noche y pudiera así acabar con el acoso al que el príncipe la sometía, o que Blanca nieves probara la manzana envenenada de su madrastra para poder escapar de las tareas domésticas que los enanitos le imponían. Aunque estos pequeños logros no parezcan importantes hoy en día, en su momento fueron grandes pasos en la vida de las protagonistas de cuentos. “Nuestras reivindicaciones actuales quieren ir mucho más allá, pero no olvidamos que los pasos dados por nuestras antecesoras han sido muy importantes para nosotras. Sin ellas, seguramente, la vida que ahora llevamos, sería aún peor”, asegura Caperucita Roja.
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